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Leguerier golpeó con el pie en el suelo.
 �A fin de cuentas, esto qu� es?  dijo irritado . �Alarma general!
Mak�rov oprimió el botón rojo que estaba en el centro del cuadro. Mur�tov sab�a que
en este momento se oir�a en todos los lugares del sat�lite-observatorio un sonido
estridente anunciando el peligro.
No pasaron ni dos minutos, cuando en el camarote del jefe se reunieron todos los
tripulantes del sat�lite.
No era necesaria ninguna aclaración. Estas personas comprend�an perfectamente el
idioma de los aparatos.
Reinaba una tensión oculta, un silencio alarmante.
El peligro desconocido es la prueba m�s desagradable para el estado ps�quico. La
persona m�s valiente siente involuntariamente un miedo vago. �Qu� hacer, si no se sabe
de qui�n defenderse?
Y de repente el recuerdo acudió a la memoria de Mur�tov. Ve�a el rostro intenso de
V�resov y Stone, con los ojos clavados en el mismo grav�metro, que les mostraba lo que
suced�a.
 �No ser�a �ste uno de los dos sat�lites-exploradores que persiguió la "Titov" hace
dos a�os?  dijo Mur�tov.
Leguerier se volvió r�pidamente.
 �Tan lejos de la Tierra?
 Todav�a nadie sabe por dónde desaparecieron.
 �Pero los radares en aquel tiempo captaron estos sat�lites?
 Esto fue entonces. Existe la suposición que de alguna forma han cambiado el
sistema de su "defensa".
 Es posible que usted tenga razón  dijo Leguerier . �Veremos!
Si Mur�tov hab�a dado en el clavo, entonces la aguja del grav�metro tendr�a que cesar
en seguida el movimiento hacia la derecha. Los sat�lites-exploradores no pod�an pasar
muy cerca de una masa tan grande como la de Kermes. El asteroide ten�a un kilómetro y
medio de di�metro y �esto no era una peque�a astronave!
La suposición era tan veros�mil que todos se tranquilizaron inmediatamente. Marcharon
dos astrónomos, despu�s de haber recibido el permiso de Leguerier (fue dada la alarma
en el observatorio y nadie ten�a derecho a actuar individualmente), para intentar ver con el
gran telescopio el cuerpo que se aproximaba. Mak�rov regresó a su camarote para
realizar observaciones paralelas con sus aparatos.
Pero la tranquilidad duró poco.
Pasaron cinco, despu�s diez minutos y la aguja continuaba desliz�ndose hacia la
derecha, y amenazaba con acercarse al punto extremo, que se�alaba el choque de dos
masas: la de Kermes y el cuerpo desconocido. Se aproximaba el choque. Quedaba muy
poco para que la aguja llegara a la raya roja de la escala.
 Vuela directamente hacia nosotros  dijo alarmado Leguerier.
El grav�metro perfeccionado daba la posibilidad de determinar no sólo la masa, sino
tambi�n la dirección de su movimiento y la distancia.
La pantalla del radar como antes no mostraba nada. No obstante que seg�n el
grav�metro, el cuerpo que se aproximaba era bastante grande.
A Mur�tov le parec�a que el aparato indicaba una masa mucho m�s grande que cuando
la "Titov".
Las palabras de Leguerier confirmaron que esto era as�.
 La masa del cuerpo desconocido  dijo el astrónomo supera en muchas veces la
de los exploradores.
Unos cuantos minutos angustiosos m�s, y se disipar� la duda: un objeto volaba
directamente hacia el observatorio.
8
Leguerier se abalanzó hacia di cuadro.
Un movimiento de su mano y todas las pesadas puertas herm�ticas encajaron en sus
ranuras impidiendo cualquier acceso de un local a otro. El observatorio estaba dividido en
compartimentos aislados.
Ahora se pod�a estar seguro de que la cat�strofe no causar�a una ruina total.
�Dónde tendr�a lugar el terrible golpe del choque con �l cuerpo cósmico?
Las personas estaban llenas de impaciencia...
Mur�tov en estos segundos, sin saber por qu�, pensó no en s� y no en las personas
que se encontraban con �l, sino en las naves de su escuadrilla. Se encontraban
relativamente cerca de la cima del embudo de granito que robeaba el observatorio.
�Acertar�an a hacer all� lo mismo que aqu� hab�a hecho Leguerier?
Ya era tarde para dar la orden por el radiófono.
"Adem�s  pensó V�fctor si el cuerpo cae en la astronave, de �sta no quedar� nada,
ya que su masa es enormemente grande. Ning�n refugio salvar�a a la gente".
La aguja del grav�metro continuaba acerc�ndose inexorablemente hacia la raya roja y
esto era se�al de que se aproximaba una cat�strofe. Eran completamente in�tiles los
campos de defensa antigravitacional y magn�tico. Eran demasiado d�biles para influir en
esa mole. Una muerte casual y absurda se cern�a sobre las personas que carec�an de
medios para evitarla.
 �Miren!  dijo Leguerier, alargando la mano hacia el grav�metro.
Era algo m�s que extra�o, inexplicable, lo que ellos vieron.
La aguja disminuyó todav�a m�s su movimiento. En contra de las leyes de la atracción
no aceleró su movimiento, sino todo lo contrario, lo disminuyó, y ahora se mov�a casi
imperceptiblemente.
Y de repente... se detuvo por completo, casi tocando la l�nea roja.
Esto significaba que el cuerpo desconocido cesó su ca�da y pend�a inmóvil sobre
Kermes a una distancia no mayor de cien metras.
Una inspiración ruidosa de alivio salió simult�neamente del pecho de los que se
encontraban en el camarote.
�Salvados! El peligro, que hasta ahora parec�a inevitable, pasó de una forma
incomprensible.
 Esto sólo puede hacerlo una nave dirigida  dijo Leguerier.
 �Cu�les son entonces sus dimensiones! exclamó asombrado Mur�tov.
No cab�a la menor duda. Todo lo que hab�a de incomprensible en la actitud del cuerpo
desconocido, ser�a completamente comprensible si esto fuera una nave cósmica con
potentes motores.
�De dónde pod�an proceder? La Tierra no comunicó sobre el vuelo de alguna nave en
esta zona. Cualquier astronave hubiera comunicado sus coordinadas de posición, si su
comandante por cualquier motivo tuviera que descender en el asteroide. Lo hubieran
captado hac�a tiempo los radares. Y lo m�s importante de todo es que ninguna de las
naves cósmicas posee tan enormes dimensiones y carece de la "capacidad" de absorber
por completo los haces de ondas de radio.
La astronave desconocida, juzgando por su masa, era gigantesca, pero a trav�s del
techo transparente del camarote se ve�an sólo las estrellas.
 Se ha detenido un poco hacia un lado  dijo Leguerier y en su voz se notó un [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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